Unidad 5. Reflexión sobre antecedentes de trabajo por proyectos en el centro

Iniciamos la última semana analizando los antecedentes de trabajo por proyectos en el centro educativo. Comparto la idea que esta reflexión es totalmente necesaria, ya que aunque a título individual nos procuremos como docentes formación complementaria que permita conocer nuevas metodologías, mejorar nuestras destrezas con las TIC, estar dispuestos a enriquecer nuestra experiencia y a compartir la que vamos adquiriendo a través del PLE, etc. todas estas acciones están condicionadas por la cultura que predomine en el centro donde debemos volcar nuestras competencias y motivaciones.

Podría pensarse que un centro educativo debería estar por definición abierto a la innovación, que su claustro es una pequeña comunidad educativa dispuesta a aprender siempre para que ese aprendizaje revirtiera en los estudiantes, depositarios por derecho propio de todas las mejoras que los docentes adquieran pero, sin embargo, mi experiencia (escasa, al estar reducida a las prácticas de formación como docente en el Máster de Formación del Profesorado), me ha devuelto a la realidad de una enseñanza basada en pilares tradicionales y en donde la metodología continua siendo de clases magistrales y que prácticamente empieza y acaba con la sesión de aula.

El centro educativo que me acogió en mis prácticas no desarrolla ABP, ni al parecer ninguna otra metodología innovadora que dé más protagonismo al alumno. El ambiente que se respira es de cierto desencanto del profesorado, que está presionado por finalizar el temario a tiempo, que cuenta con escasos medios materiales y ratios de alumnos que imposibilitan un adecuado seguimiento individualizado.

Además de esto, existe una tensión patente entre el claustro y el equipo directivo que, según opinión de los docentes, no se implica y no es proclive al diálogo. Así, lejos de procurar innovación, la directiva del centro desmotiva a quienes habrían de proponer de nuevas formas de trabajar con los alumnos.

Indagando en el centro se ha constatado que no existe registro de ningún proyecto, a lo sumo se desarrollan actividades extraescolares pero, una vez en el aula, las clases continúan siendo tradicionales y los alumnos no disponen de oportunidades que les hagan ser realmente agentes activos de su aprendizaje.

Con este escenario parece que la primera tarea es romper esa inercia desencanto-rutina.  Ante la cuestión planteada sobre qué tipo de cambios habría que hacer para introducir ABP en un centro con estos condicionantes no tengo respuestas, al menos ninguna con la que asegurar que se garantizaría un cambio. El sentido común me indica que lo ideal es que la directiva animara a generar cambios en los docentes y que estos admitieran esta sugerencia sin reproches y contraataques de todo lo que puede mejorarse en sus condiciones de trabajo (como he presenciado). Por ello creo que el cambio sine qua non para iniciar cambios pasa por adoptar una actitud conciliadora por todas las partes, de negociación y diálogo respetuoso, asumiendo que los cambios son lentos. Asimismo, creo que escuchar a los compañeros que tienen ideas frescas e ilusión para implantarlas y dejarles hacer sin plantearles críticas (no constructivas) ni dudas, y que todos aquellos que no quisieran participar en un principio se sintieran invitados a hacerlo cuando así lo quisiesen y con libertad en todo momento de observar y comprobar después los resultados.

Creo que lo recomendable sería comenzar por proyectos modestos, no muy prolongados en el tiempo, dando mucha importancia a su difusión y a la investigación-acción, conociendo la opinión de todos los implicados y tratando de implicar a las familias. Sería un pequeño paso para el centro y quién sabe si grande para la formación de los alumnos…

Es difícil romper rutinas, pero creo que la difusión por parte de los compañeros que ya han probado y conocido los beneficios de ABP es fundamental. Y, en un centro con las características del descrito, una avanzadilla de profesores que animen a sus compañeros con formación, sugerencias en las reuniones de departamento y en los claustros y con valentía para emprender sus pequeños (o grandes) proyectos, aunque sea en solitario, es imprescindible para iniciar la andadura…. ¿nos calzamos las botas ABP?

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